Hay muchos tipos de recuerdos. Estan esos que no quieres volver a recordar, esas cosas que te hicieron daño y no quieres que vuelvan a aparecer; aunque todo es mucho más fácil si te haces la idea de que de cualquier cosa se aprende. No vale darle la espalda a las cosas que no queremos, hay que afrontarlas y ponernos el camino cada vez más difícil por si tenemos que pasarlo por segunda vez llevar ya la experiencia.
También están los buenos recuerdos, esos de cuando eras chica y no te preocupaban tantas cosas como ahora; ordenador, movil, amigas, niños, estudios etc. Esa añoranza al recordarlos, querer volver de nuevo al pasado y volver a ser una niña de 5 años.
También están los buenos recuerdos, esos de cuando eras chica y no te preocupaban tantas cosas como ahora; ordenador, movil, amigas, niños, estudios etc. Esa añoranza al recordarlos, querer volver de nuevo al pasado y volver a ser una niña de 5 años.
Están los recuerdos que jamás podrás olvidar. Aquellos que de vez en cuando vienen a tu cabeza y podrías describir con total claridad por mucho tiempo que hubiera pasado. Como ese primer beso, esa cita, esa tarde con tus amigas, aquel viaje con tus padres, esa fiesta donde te reíste más que nunca.
Ahora solo son recuerdos, pero estan hechos para eso, para ser recordados, no se pueden volver a vivir, no puedes volver atrás o maldecirte por que las cosas ahora no sean así; solo debes crear nuevos recuerdos de los que en un futuro te acordarás y sonreirás al pensar en ellos.
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