En noches como estas en mi cama todo está en silencio y se me ocurren mil cosas que hacer.
Imagínate ir a estas horas de la noche a la playa sola o en compañía, donde lo único que se viese fueran las estrellas en el cielo y el reflejo emitido por ellas. Me sentaría en la arena o me tumbaría, como estuviese más cómoda y sentiría la arena en mis pies. Cogería un montón y la dejaría escaparse entre mis dedos mientras noto pasar fríos los granos. Agudizaría el oído y cerraría los ojos. Solo sería consciente del ruido de las olas y de la brisa. No habría nadie que interrumpiese tal melodía.
También me gustaría tumbarme en mi cama y leer un libro tras otro cuando solo se escucha mi respiración y las hojas pasar. No se oiría a nadie, todos dormirían y aprovecharía para tomarme un baño relajante. Llenaría la bañera de agua caliente con delicadeza, me metería dentro y después introduciría una bola de baño para que tintara el agua de diversos colores y me ayudaran a encontrarme a solas con mis pensamientos. Le daría muchas vueltas a las cosas detenidamente y saldría del baño lista para adentrarme en un profundo sueño del que no quisiera despertar.
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